martes, 31 de marzo de 2009

mi diita


Sebastian y yo



Mi abuela Miranda de la mirandola y sus ojos de piedritas.

En la mañana fue la rutina del trabajo, parece ser que solo mi abuelo se irá al mar, cosa que para mi abuela es un alivio, dice, luego de platicar con el, almorcé con los dos, hasta que se hizo tarde y llego la visita... Todo el proletariado de mis primos.

A Iván se le cayó un diente y su historia fue la siguiente "es que cuando se me cayó me trajo 20 pesos pero en eso a Mariana la asustó, entonces mi papá lo agarro de la cola y lo quemó en la estufa luego se lo aventó a Canela (la perra), lo mordió un rato y luego paso un pájaro y se lo comió", luego me conto ochocientas adivinanzas y me las conto porque enseguida me decía la respuesta, luego como no queriendo me peinaba con sus deditos flacos y me abrazaba bruscamente mientras me contaba más cosas que se le ocurrieran.

Emiliano nos conto un chiste "que no nos iba a gustar", pero termino por gustarnos, y también gustosamente le serví doble plato de caldo de pollo a la Cenicienta de Natalia y a su hermano Sergio mientras Mariana nos contaba que un niño en su escuela estaba bien naco.

Luego llego Sebastián y mientras Adriana mi tía le hacia la prueba de maquillaje a mi abuela yo jugué con el fut y para todo gritábamos GOL!, y así durante una hora hasta que le chiflamos al canario para que nos contestara y agarramos a las tortugas, pero mejor salimos por el pan él, Emiliano y yo y mas bien compramos galletas, papitas y unos cigarros, marlboro rojos por favor, llegamos, y le tome unas fotos a mi Abuela, para que no diga.

Luego hable con Trini, Juan mi Padre Santo y mi Madrecita del alma querida y todo estuvo mejor.